Con motivo de la reciente publicación por parte del sello discográfico Nonesuch Records de The Art Of The Trio. Recordings 1996-2001, Brad Mehldau Trio (BOX 7CD), me ha parecido oportuno divulgar diversos artículos aparecidos en Tomajazz y Más Jazz a cerca de la figura del pianista americano Brad Mehldau, que darán a conocer algunos datos sobre su carrera y planteamientos musicales.
BRAD MEHLDAU: EL ACRÓBATA DE NOTAS
Brad Mehldau, uno de los pianistas más importantes de la joven generación de músicos americanos, acaba de publicar en el presente año 2004 un nuevo disco. La publicación de un nuevo trabajo por parte de Mehldau, constituye siempre una gran noticia para todos los aficionados al piano y en especial para los seguidores del pianista. Pero la gran novedad del reciente trabajo publicado por Mehldau para el sello Nonesuch “Live in Tokyo”, radica en que se trata de una grabación a piano solo y además en riguroso directo.
A pesar de tener una nutrida y variada discografía, principalmente en trío con el bajista Larry Grenadier y nuestro más internacional músico, el batería Jorge Rossy, así como un buen número de grabaciones como acompañante en diversas formaciones y en concreto a dúo, la aparición de “Live in Tokio”, nos proporciona la posibilidad de escuchar a Brad Mehldau a piano solo. El único trabajo en solitario en la discografía de Mehldau que se le conocía hasta la fecha databa del año 1999, el extraordinario cedé “Elegiac Cycle”. Demasiados años entre una y otra grabación, para uno de los pianistas actuales con mejor potencial y recursos para enfrentarse a la siempre árdua y difícil tarea de sentarse completamente solo ante el piano.
La escucha de las dos grabaciones nos permite reflexionar sobre las mismas y tender puntos de conexión entre estas y las grabaciones de trío. Una audición de ambas grabaciones en solitario, nos proporciona un punto de conexión ineludible: Brad Mehldau es un romántico. El pianista afirmó este carácter de una forma categórica en las notas que acompañaban en la carpetilla del cedé “Elegiac Cycle”, al afirmar de forma textual “A menudo recuerdo una conversación con mi amigo Evan. El me habló de un viejo profesor suyo que mantenía que el Romanticismo nunca ha muerto, que algo como el punk-rock fue una natural progresión de la romántica idea del artista, con su habilidad para expresarse él mismo independientemente” (1). Para acabar señalando más adelante “por que yo soy probablemente un desesperado romántico”. Pero el término romántico o romanticismo (2) Mehldau no lo utiliza en el sentido “ñoño” del término, sino con un carácter sentimental y emotivo.
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Brad Mehldau (Foto de Carmen Llussà) |
Sin duda alguna, su primer trabajo en solitario, “Elegiac Cycle”, es un manifiesto a favor del romanticismo, a favor del sentimiento y de la afectividad, todo ello expresado a través de pensamientos elegíacos, en donde las composiciones expresan en determinados momentos un sentimiento de dolor y melancolía (3), pero así mismo es la búsqueda de una nueva concepción. La aparición de esté trabajo conllevó uno de los discos a piano solo más introspectivos y de una mayor búsqueda sonora y de concepción musical desde la aparición de los famosos conciertos en solitario de Keith Jarrett.
En “Elegiac Cycle”, todo es importante, y cuando me refiero a todo, la referencia no es sólo a la música que se encuentra contenida en el trabajo, sino que también es muy importante, las notas de la carpetilla del compacto, en donde Mehldau (ya anteriormente lo había llevado cabo en otros trabajos) realiza un manifiesto de intenciones y reflexiones personales con determinadas materias (musicales, literarias o conceptuales). En este primer trabajo en solitario, el romanticismo toma una vital importancia, hasta el punto que musicalmente hay una intensa búsqueda de nuevos medios expresivos, con una especial subordinación de la forma a la idea. Es un trabajo intelectual, pero a la vez intenso, emotivo, sentimental y con una concepción y calidad de ideas que provienen de diversas fuentes y diversos campos.
Este romanticismo, va unido a la idea de la influencia de la música clásica en el trabajo de Brad Mehldau. En las notas de su primer proyecto en solitario cita de forma clara a Beethoven, Brahms y Schumann, y sin citarlo expresamente hace una clara alusión a Chopin.
En el tema “Bard” (el título es un juego con la letras que forman su nombre) hay una clara evocación musical a los preludios de F. Chopin, siendo el tema parco en duración, escasamente tres minutos. Mientras que temas como “Resignation” o “Elegy for William Burroughs and Allen Ginsberg” demuestran el sentimiento melancólico y a la vez sentimental que tiene el trabajo de Mehldau.
La utilización de elementos o material clásico se hace evidente en formas como son el contrapunto (4) y la fuga (5), estilos que son ampliamente desarrollados a lo largo del cedé.
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Brad Mehldau (Foto de Carmen Llussà) |
En “Elegiac Cycle”, todos los temas son originales de Mehldau y en ellos, encontramos aspectos que ya anteriormente habían sido desarrollados con su trío. Citar como características un punto de vista musical profundo en sus interpretaciones; un estilo a la hora de interpretar particular e instintivo; concepción y desarrollo de ideas simples y repetitivas a lo largo de la interpretación que son cambiadas y reelaboradas (ello provoca que toque una nota o sucesión de notas con una mano para acto seguido improvisar con total libertad con la otra mano, lo que lleva como resultado final una conjunción de ideas que según el tono de la composición pueden resultar románticas o cargadas de melancolía), visión introspectiva y romántica y una técnica de independencia de manos, más propia de pianista clásico que de un músico de jazz, lo que conlleva una técnica virtuosa y preciosista como pocas veces puestas de manifiesto por un pianista de jazz (a excepción de Keith Jarrett). Algunas de estas cualidades son llevadas hasta sus últimos extremos en el desarrollo del trabajo. “Elegiac Cycle” es un trabajo que se debe disfrutar de principio a fin y no sólo por los aficionados al jazz, sino por cualquier aficionado a la música, en su concepción más amplia.
Tras “Elegiac Cycle”, Mehldau publica más trabajos con su trío, hasta que en el presente año 2004, y tras un cambio de discográfica, publica su segundo disco en solitario, y esta vez además en directo: “Solo piano Live in Tokio”
En estos casi cinco años de diferencia entre un trabajo y otro, muchas cosas han sucedido en la carrera artística de Mehldau. “Live In Tokio” supone una confirmación del estilo desarrollado por Mehldau en sus trabajos con el trío y muy especialmente del trabajo de “Elegiac Cycle”. De entrada y por cuestiones desconocidas, en Japón se ha editado la versión japonesa del mismo concierto, pero con el añadido de siete temas más y que conforman un doble CD, grabación que los coleccionistas y completistas de Mehldau harán bien en buscar(6).
“Live in Tokio” recoge el concierto ofrecido por Mehldau en el Sumida Triphony Hall en Tokio, el 15 de Febrero de 2003 y sin duda, participa de las ideas desarrolladas en el trabajo “Elegiac Cycle”, pero presenta novedades, al utilizar un sinfín de texturas sonoras desplegadas a lo largo de todos los registros del piano (utilizando incluso los pedales).
A Mehldau la crítica le ha comparado desde un principio de forma constante y repetida, con uno de los más grandes pianistas de todos los tiempos, Bill Evans, y concretamente con su trío. Esta circunstancia ha sido el detonante de algún comentario por parte de Mehldau, “La constante comparación de este trío con el de Bill Evans, por parte de los críticos, ha sido una espina que tengo clavada. Recuerdo haber escuchado su música sólo un poco, cuando yo tenía 13 ó 14 años, durante unos cuantos meses. No estoy diciendo que crecí fuera de el. No estoy tampoco, devaluando la estatura dentro del jazz de Bill Evans. Pero junto con Lennie Tristano y Paul Bley, ambos de quienes yo nunca he escuchado nada, hay algunos que señalan su influencia en mí… Cuando estás intentando crear algo personal, es frustrante ser catalogado sin ningún tipo de explicación. El problema con una buena parte de los escritos sobre jazz es que van por detrás de la música”(7)
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Brad Mehldau (Foto de Carmen Llussà) |
Mehldau siempre se ha sentido incómodo con estas comparaciones por parte de la crítica especializada. Pero hay que preguntarse, ¿como es posible que un músico en la actualidad se pueda abstraer de toda la gran tradición del piano americano en el jazz, desde Bud Powell, Bill Evans, McCoy Tyner o Keith Jarrett, tan sólo por citar algunos nombres? La respuesta es fácil y sencilla: es imposible. A pesar de las comparaciones y reconociendo que Mehldau quiera desarrollar una concepción diferente del trío o de su forma de interpretar en el piano, la influencia de Bill Evans es evidente, en especial en los momentos en que se desarrolla la melodía y en el sentimiento que ello conlleva.
Tras un escucha detallada de “Live in Tokio”, se puede apreciar el estilo de Mehldau que ya conocemos, su estilo romántico, su sensibilidad al piano y su independencia de manos. Pero además, encontramos nuevos rasgos en su forma de interpretar, y algunos de ellos provenientes de otro de los grandes maestros del piano, Keith Jarrett. Podemos apreciar que una de las cualidades más sobresalientes en Mehldau es la de desarrollar numerosas ideas en un mismo momento (todas ellas autónomas e independientes), que permiten a Mehldau encontrar tanta riqueza en tan poco espacio musical, lo que convierte cada tema en un ir y venir de ideas constante (en ocasiones de forma abrumadora y salvaje), y que permiten su tratamiento hasta agotar las posibilidades en improvisaciones de mayor calado, pero sin cansar al oyente en momento alguno, pues el resultado final de todo es siempre nuevo. Así mismo, se puede apreciar en algunos temas un gusto por la construcción y deconstrucción de estructuras obsesivas y con una fuerte “bipolarización de estados anímicos” que le permiten desarrollar y pasar de los momentos más arrebatadores e improvisadores a los momentos más profundos e intimistas y todo ello con una calidad de ideas, difícil de igualar y que conforman un todo orgánico en la interpretación. Pero a Mehldau no le interesan esas ideas, sino su resultado en la interpretación y su resultado final en la composición e improvisación.
En este trabajo Mehldau no sólo interpreta standards provenientes de la gran tradición americana, de Cole Porter, George Gershwin, o Thelonius Monk; sino que también desarrolla lo que se puede llamar los “nuevos standards”, provenientes de la cultura contemporánea y pop, y en concreto temas de Nick Drake o el tema de Radiohead "Paranoid Android", quien tras veinte minutos de ejecución realiza una pequeña obra maestra al piano.
En “Live in Tokio” asistimos a un proceso de creación en toda su extensión, y en donde Mehldau despliega elementos que fueron desarrollados por Keith Jarrett, en conciertos como el de Lausana, Bremen, Colonia o Paris, y en concreto la forma intimista de comenzar los temas, con un pequeña insinuación de notas; las largas exploraciones sonoras y tímbricas que desarrolla, o la conjunción de momentos percusivos y harmoniosos con momentos más reflexivos e intimistas. Todo ello hace que Mehldau haya bebido de unas fuentes pianísticas cercanas en el tiempo, y que se sirva de ellas para desarrollar una concepción de piano personal.
“Live in Tokio” supone un paso más en la brillante carrera del pianista norte-americano Brad Mehldau y nos recuerda que nos encontramos ante un auténtico maestro del piano y por ello ante un verdadero acróbata de notas.
Notas:
1 - El Diccionario de la Música, realizado por Manuel Valls Soriana, Alianza Editorial, 1979, describe al Contrapunto como “… al régimen que ordena el desarrollo simultáneo de varias voces de una composición que conservan su independencia, pero están vinculadas al conjunto”.
2 - El Romanticismo fue un movimiento artístico e intelectual que predominó en Europa durante la primera mitad del siglo XIX, caracterizado fundamentalmente por su reacción al academicismo reinante, el gusto por los ambientes exóticos y por la exaltación del individualismo.
3 - La Elegía, son composiciones poéticas del genero lírico que expresan planteamientos dolorosos y sentimientos melancólicos.
4 - El Diccionario de la Música, realizado por Manuel Valls Soriana, Alianza Editorial, 1979, describe al Contrapunto como “… al régimen que ordena el desarrollo simultáneo de varias voces de una composición que conservan su independencia, pero están vinculadas al conjunto”.
5 - El Diccionario de la Música, realizado por Manuel Valls Soriana, Alianza Editorial, 1979, describe la Fuga como “Forma esencialmente contrapuntística basada en el principio que consiste en la presencia sucesiva de un tema a cargo de las diversas voces que intervienen en la composición”
6 - Se incluyen siete temas inéditos que no aparecen en la versión occidental, citar entre ellos 50 Ways To leave Your Lover, My Herat Stood Still, Roses Blue, C Tune, Walks Tune o Alfie.
7 - Extracto de las notas del CD de Brad Mehldau “Art of Trio 4, Back At the Vanguard”, Warner Bros 1999.