BRAD MEHLDAU: LA BÚSQUEDA INCESANTE
Hoy en día no cabe la menor duda para ningún
aficionado que el pianista americano Brad Mehldau, es uno de los músicos más
avanzados a nivel musical que hay en el panorama jazzístico actual. Mehldau ha
trabajado de manera ardua y esforzada desde sus inicios para labrarse una
carrera musical no solo diferente sino también diferenciada del resto de
músicos de su generación, y ello lo ha conseguido a través de un proceso de
asimilación de diversas fuentes musicales provenientes de los más diversos
estilos, del jazz, del pop, del rock y sin lugar a duda de la música culta
(clásica).
A lo largo de su ya dilatada trayectoria
discográfica, Mehldau ha exhibido una gran maestría para tejer un lenguaje y un
sonido extremadamente avanzado en donde la combinación de géneros musicales
heterogéneos le ha proporcionado un estilo musical donde se entremezclan
conceptos armónicos y sonoros, todo ello combinado con concienzuda utilización
de ideas melódicas e estilos interpretativos (citar como ejemplo la técnica
de independencia de manos, un estilo más propio del
música clásica que del jazz). Al tomar prestado de diversos géneros,
Mehldau ha entendido y se ha hermanado con conceptos musicales como el
romanticismo del siglo XIX, provenientes de músicos como Brahms, Beethoven o el
mismo Chopin. Ello ha provocado que tanto a lo largo de su discografía y como en
los conciertos en público que ofrece aparezca la influencia de la música
clásica.
Brad Mehldau © Photo by Joan Carles Abelenda |
El pianista empezó a sacar ideas y planteamientos
provenientes de la música clásica con el primero trabajo en solitario titulado Elegiac Cycle (Warner Bros. Records,
1999). Elegiac Cycle es sin ningún
tipo de discusión un manifiesto a favor
del romanticismo, a favor de la pasión y de la afectividad, todo ello expresado
a través de pensamientos elegíacos. Es una grabación con un valioso rédito
intelectual (referencias a la poesía -muy especialmente de Rainer Maria Rilke- y a la música romántica entre ellos el
compositor Ludwig Van Beethoven) y con unas notas en la carpetilla del propio
pianista que no tienen desperdicio y que permiten comprobar los planteamientos
intelectuales en donde buceaba Mehldau a la hora de buscar inspiración musical.
La aparición de este trabajo conllevó uno de los discos a piano solo más
introspectivos y de planteamientos musicales más importante desde la aparición
de los famosos conciertos en solitario de Keith Jarrett.
Esta manifiesta tendencia clásica y contemporánea con los años se ha ido
amplificando y proporcionando proyectos del tamaño y la calidad como el de Love Sublime (Nonesuch Records, 2006),
con la mezzosoprano Renee Fleming (ciclo de canciones sobre poemas de Rainer
Maria Rilke y Louise Bogan) o de Love
Songs (Naïve, 2006), acompañado por la también mezzosoprano sueca Anne
Sofie Von Otter, un trabajo con dos compactos bien
diferenciados, uno de ellos estructurado sobre poemas de Sarah
Teasdale y musicados en su integridad por Mehldau. Tendencias clásicas por
el planteamiento musical utilizado del piano y de la voz, y que de alguna
manera rememora la forma musical del “lied”
alemán (el término “lied” hace
referencia a un tipo de canción breve y lírica cuya letra es un poema en habla
alemana que floreció y tuvo su auge en el Romanticismo del siglo XIX y que se
proyectó en la primera mitad del siglo XX), y contemporánea, por el tratamiento
(a veces poco accesible) del piano, más cerca de la línea de la Segunda Escuela
de Viena (en donde ostentaron un papel fundamental, Arnold Schönberg, Alban
Berg y Antón Webern), aunque con un trabajo mucho más enfocado al uso de la
tonalidad que a la utilización de diferentes y cambiantes acordes a que nos
tenía acostumbrados Mehldau.
Anne Sofie Von Otter & Brad Mehldau, Love Songs (Naïve, 2006) |
La parte más contemporánea y “moderna” de Mehldau así mismo se puede
apreciar en la grabación titulada con el nombre explícito de Modern Music (Nonesuch Records, 2011). Es
la primera vez que se tiene conocimiento de la colaboración de Mehldau con otro
pianista en una grabación, en este caso Kevin Hays. El trabajo se encuentra conformado
por composiciones de la escuela minimalista de Steve Reich y Philip Glass, de Patrick
Zimmerli, así como la famosa composición de Ornette Coleman “Lonely Woman”. Un
nuevo proyecto intelectual en esta ocasión con una formación a base de dos
pianos y teniendo como base principal del mismo la música contemporánea.
Pero la vertiente culta de Brad Mehldau que estamos
comentando los aficionados lo han podido atestiguar no solo en las grabaciones
que apuntamos sino así mismo en los conciertos a piano que el pianista ha
ofrecido a lo largo de los años. Para poder comprobar ello tan solo hay que
acudir a la excepcional caja de cuatro compactos que publicó Nonesuch Records
en el año 2015 para celebrar los diez años de recitales a piano solo por el
continente europeo. Una caja que recopila una selección de temas todos ellos de
diversos conciertos en directo y en donde se pueden encontrar interpretaciones
del compositor alemán Johannes Brahms, en concreto los Intermezzos Op.76 Nº 4 y
el Op. 119 Nº 2. Aunque la caja tal y como se ha apuntado es tan solo una
recopilación de temas de los directos, la presencia de estos temas de Brahms evidencia
y atestiguan de manera clara la idea de Mehldau de “bucear” e inspirarse en las
composiciones del compositor romántico alemán. De hecho en las notas de la carpetilla
del compacto el propio Mehldau afirma de manera clara que “la música
de Brahms abarca mucho de lo que hago, así que pensé que era apropiado
aprovechar su influencia en el contexto de los conciertos de piano solo”.
Mehldau enfoca el planteamiento e influencia musical culta de Brahms en la
utilización y la yuxtaposición de dos tonalidades en un mismo momento
interpretativo, un efecto que descubrió por primera vez en la música del
compositor alemán proveniente tanto de su trabajo sinfónico como en la música
de cámara.
Brad Mehldau, 10 Years Solo Live (Nonesuch Records, 2015) |
El último proyecto musical grabado en donde Mehldau
utiliza música culta se trata de su particular homenaje a la música de J.S.
Bach, disco publicado con la referencia de Alter
Bach (Nonesuch Records, 2018). Un proyecto que maduró de durante varios
años, de hecho el proyecto estuvo cocomisionado en el año 2015 por el Carnegie
Hall de Nueva York, el Wigmore Hall de Londres, The
Royal Conservatory of Music de Toronto y The National Concert Hall de Dublín, y
en donde se le encargó componer nuevas piezas basadas en las
improvisaciones musicales de Bach, el proyecto se llamo Three Pieces After Bach. Este proyecto lo desarrollo en conciertos
en las ciudades señalas y sirvió posteriormente de base para este álbum. After Bach consiste en interpretaciones de
cuatro preludios y una fuga de J.S. del Clavier Bien Temperado de Bach, cada
uno seguido de una interpretación "After Bach (después de Bach)" de
Mehldau. En la presente grabación el pianista nos demuestra una música cargada
de sentimiento, de expresividad y de emotividad, todo ello unido al talante inequívocamente
improvisador que ostenta Mehldau. Con respecto a la interpretación de las
composiciones de Bach se puede apreciar a un Mehldau que se siente próximo a la
música del compositor alemán, pero ante todo se puede comprobar el gran respeto
que tiene por la tradición musical proveniente de la música culta (son muchos
los pianistas de jazz que se encuentran muy de cerca de la música de Bach).
Algunas de las composiciones del propio pianista denotan una gran sensibilidad y
expresividad, y con cierto punto romántico, un elemento muy recurrente en la
concepción musical interpretativa que ha tenido a lo largo de los años Mehldau.
Por último es necesario comentar y destacar dos proyectos que por ahora
no se encuentran formalizados en formato disco pero que se han podido ver en
directo en diversos escenarios de Barcelona. El primero de ellos la
presentación en exclusiva del Concierto para piano y orquesta del propio
Mehldau, proyecto que ha estado cocomisionado por la Orchestre national
d'Île-de-France y Jazz à la Villette Festival, L’Auditori de Barcelona, el
Witold Lutoslawski National Forum of Music, Breslavia, Polonia (Jazztopad
Festival), el Barbican Centre de Londres y la Britten Sinfonia, la Philharmonie
Luxembourg y Orchestre Philharmonique du Luxembourg y Los Angeles Philharmonic
Association. Una composición marcada por la contemporaneidad y con cierto carácter
experimental en donde Mehldau deja de lado el lado más sensible para centrarse
en un ejercicio musical virtuoso especialmente en lo que hace a la composición,
y a la interacción entre la orquesta y el piano.
Brad Mehldau © Photo by Carme Llusà |
El último y más reciente proyecto musical, y
presentado este mismo año (y el cual se pudo disfrutar en la temporada de
cámara de L´Auditori de Barcelona) corre a cargo de Mehldau junto al
prestigioso tenor inglés Ian Bostridge. Bostridge es un especialista en la
modalidad de recital y muy en concreto en la de “lied” (apuntar que este año la
editorial Acantilado ha publicado el libro que escribió en su momento Ian
Bostridge titulado “Viaje de invierno” de
Schubert. Anatomía de una obsesión; un libro esperado por los amante del “lied”
y en donde Bostridge lo dedicaba a la colección de “lieder” -que es la cumbre
de la canción “culta” alemana- del Winterreise -“Viaje de invierno”- de Franz
Schubert). Después de verse actuar el uno al otro en Alemania en 2015, Mehldau
y Bostridge se conocieron y se confesaron su admiración mutua. Este contacto
inicial se extendió a una correspondencia, en la cual debatían sobre su pasión
en común: la música en su vertiente más amplia, desde Bach hasta el jazz.
Mehldau a raíz de esta amistad compuso varias canciones pensando
específicamente en la voz de Bostridge. Después de la experiencia que supuso
compartir estas piezas, los dos músicos decidieron convertirlas en un ciclo de
conciertos que gira en torno a textos de William Shakespeare, William Blake,
Bertold Brech, Johann Wolfgang Von Goethe o e.e. cummings y musicados por
Mehldau, y en donde tratan temas que los dos intérpretes querían explorar, en
concreto la sinuosa naturaleza del deseo humano expresada a través del amor y
la adoración. Una segunda parte del recital que ofrecieron en Barcelona estuvo
conformada por música de Robert Schumann (otro de los grandes románticos en la
historia de la música culta) y muy en concreto por el ciclo de canciones
Dichterliebe (“Amor de poeta”), y en donde Mehldau utiliza la ironía romántica (de
nuevo maneja motivos románticos para su concepción creativa) como es la autocensura.
Con toda esta temática central como caudal creativo, Mehldau escribió un ciclo
de canciones que el dúo ha ido presentado y sigue presentando en público, y en
donde se puede apreciar la incansable búsqueda creativa ya no solo musical sino
así mismo a través de los textos escogidos para el proyecto.
Como se ha podido comprobar Mehldau a parte de sus conocidas
propuestas jazzísticas ha desplegado a lo largo su trayectoria como músico interesantes
proyectos creativos inspirados en la música culta, algunos de ellos cargados de
un fuerte calado intelectual y de los cuales esperamos su plasmación
discográfica a la par que seguiremos esperando las nuevas proposiciones y retos
musicales de este excepcional creador.
P.D.: El presente artículo ha aparecido publicado en su integridad en la Revista Más Jazz en el número 48 de Diciembre 2019.
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